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Mejora genética de las brásicas hortícolas, con el fin de obtener variedades nuevas adaptadas a la demanda del mercado y al cambio global, con una mejor calidad nutricional y resistencia.
Tras varios programas de selección se han obtenido variedades de nabizas y grelos con diferentes ciclos de precocidad; variedades de berzas, grelos y nabicol enriquecidas en glucosinolatos; variedades de repollo resistentes a la plaga del lepidóptero Mamestra brassicae; y variedades de grelos adaptadas a condiciones ambientales muy diferentes.
Mecanismos defensivos de las brásicas frente a estreses bióticos como la plaga Mamestra brassicae, la bacteria Xanthomonas campestris o el hongo Sclerotinia sclerotorium a través de los glucosinolatos.
En la naturaleza existen multitud de organismos cuya interacción con las plantas puede ser perjudicial o beneficiosa. Estos últimos, viven en el interior de las plantas sin provocar síntomas aparentes, aportando nutrientes, como defensa frente a estreses bióticos o abióticos, o produciendo una amplia variedad de compuestos químicos bioactivos de gran interés, como anticancerígenos, antibióticos o insecticidas.
Mecanismos de tolerancia a estreses abióticos (frío).
Estudio de la variabilidad genética a la tolerancia al frío, los cambios fisiológicos y bioquímicos que sufren las plantas, en cuya respuesta juegan un papel fundamental los glucosinolatos.
Efecto anticancerígeno de los productos de degradación de los glucosinolatos en cultivos celulares de cáncer de mama y próstata, especialmente efecto protector que origina el sulforano, producto de degradación de la glucofaranina (uno de los glucosinolatos).
Tras la lisis celular debida al daño mecánico causado por el ataque de patógenos o el procesado de estos alimentos, los glucosinolatos se ponen en contacto con un enzima, originando productos de degradación como los cianatos, oxazolidinas y nitrilos. No sólo le dan el sabor amargo a las brásicas, sino que también juegan un papel importante en la salud humana y en la defensa contra insectos, nematodos, bacterias, virus y hongos.
Regulación circadiana del contenido de los metabolitos secundarios.
Las plantas, al igual que el resto de seres vivos, tienen un “reloj interno” que regula los diferentes procesos fisiológicos y bioquímicos en relación con los ciclos luz/oscuridad.
Los glucosinolatos son los compuestos defensivos por excelencia de las brásicas, y se acumulan de forma diferente dependiendo de la hora del día, preparando su maquinaria de defensa a pleno rendimiento antes de que las larvas empiecen a alimentarse de sus hojas.
Estudio de hongos endófitos y efecto de los mismos en el desarrollo y defensa de la planta.
A pesar de la mala fama que puedan tener los hongos como organismos patógenos de las plantas, en ocasiones pueden ser beneficiosos, aportando nutrientes, como defensa frente a estreses bióticos o abióticos, o produciendo una amplia variedad de compuestos químicos bioactivos de gran interés, como anticancerígenos, antibióticos o insecticidas.
Obtención de cultivos de brásicas más saludables con mayor contenido en compuestos bioactivos.
Estudio del papel que juegan los metabolitos secundarios en la defensa y adaptación de los cultivos.
Actividades de transferencia con el sector agroalimentario relacionadas con la calidad nutricional de berzas y grelos.
El banco de germoplasma.
Un banco de germoplasma es la conservación ex situ de semillas de diferentes variedades vegetales, con la finalidad de conservar la diversidad genética de especies y subespecies silvestres o mejoradas, a baja temperatura y humedad.
El origen del banco de germoplasma de brásicas de la Misión Biológica de Galicia, se remonta a los años 80, con un programa de recolección de variedades cultivadas en Galicia entre los años 1985 y 1990 con las que se crea el banco de germoplasma de este género por Amando Ordás y Juan Baladrón.
Desde el año 2000 y con la creación del actual grupo de brásicas en la MBG, esta prospección inicial se amplió a otras zonas de Galicia y España recuperando variedades tradicionales de cultivos de brásicas a través de los servicios de extensión agraria, oficinas comarcales o los propios agricultores y se continuaron las labores de conservación y regeneración del banco. Posteriormente se realizó la identificación de cada cultivo con la especie a la que correspondía, creando así el banco de germoplasma de brásicas actual. El banco sigue activo hoy día y comprende unas 700 variedades del género Brassica. De ellas, 344 variedades son de Brassica oleracea; 288 de B. rapa y 62 de B. napus. Este banco contiene una colección singular de variedades locales ampliamente estudiadas y caracterizadas y ha sido reconocido como ‘Colección activa de brásicas’ a nivel Nacional por el Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC.
